Para cerrar esta semana de denuncia, querría recordar a las mujeres que, fuera de nuestro país, viven situaciones que ni nos podemos imaginar, que escapan a nuestra capacidad de razocinio y que nunca podremos comprender. ¿Cómo es posible que personas, en teoría iguales que nosotros, con el mismo cerebro y el mismo corazón, puedan llegar a concebir en sus mentes tanta crueldad sin ser, además, conscientes de que lo que hacen es terrible?
Lo que aquí se narra es incomprensiblemente real. Es duro, y la belleza con la que está contado, lo hace aún más sobrecogedor.
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4 comentarios:
Es desagradable pero es la dura realidad. Una vez más, maestra, ha dado en el clavo.
Queda tanto por hacer, tanto por luchar, que siento vértigo.
Espero que pronto podamos erradicar la posibilidad de que un hombre sentencie a muerte a una mujer, legalmente como ocurre en estos paises o ilegalmete como pasa casi cada semana en el nuestro.
Un saludo
La verdad es que se me han puesto los bellos de punta. Es increible que permitamos que estas cosas sigan ocurriendo. Nuestros gobiernos, nosotros... deberíamos hacer algo, digo yo...
Es espeluznante! pero lo más duro es que sea real. sin palabras. definitivamente al ser humano le queda mucho camino por recorrer en este asunto.
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